jueves, 26 de abril de 2012

ELEGÍ LA VIDA COMO ÚNICA FORMA DE EXISTENCIA

Por eso decidí vivir de otra manrea
respetando el ritmo de los días
y la suave cadencia de las horas.

Decidí darme cuenta del paso de la aurora
y escuchar el salmo que reza cada ocaso.

Decidí comer el pan de lo cotidiano,
beber el agua fresca de lo doméstico,
asombrarme del equilibrio de la vida,
sin apresurar el presente
sin abreviar el camino,
aprender a caminar más despacio.

Decidí atender la voz interna del espíritu
para no competir ni compararme con nadie
ni abrumarme con cargas inhumanas.

Decidí no complacer a nadie
a costa de mi mismo,
y solo buscar la aprobación del Evangelio.

Decidí vivir en Dios el abandono,
que me enseñen a tejer los lirios del campo
y a vivir al día los pájaros del cielo,
aprender a confiar y esperar serenamente
que el mañana será mejor.

Decidí leer más con el corazón
que con la inteligencia,
y que la paz fuera mi oxígeno.

Decidí ser el dueño de mi alforja
y de mi barca.

Decidí cambiar, y sencillamente
ser yo mismo.

Mar Adentro. Pbro. Héctor J, Valenzuela Mendívil.

1 comentario:

  1. Decedí, decidí, decidí...
    Gracias por hacernos llegar tan profundas decisiones.
    Es una maravilla.

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